Hace mucho tiempo, había un joven niño que habitaba en un pueblo llamado Pulgar. Un día, su madre le dijo:
- Hijo, vete a explorar un poco las montañas y me dices.
Contestó su hijo:
- ¿Para qué?
Contestó su madre:
- ¿Qué vas a hacer en casa, si no estas haciendo nada?
Contestó su hijo:
- Vale, ahora me voy.
Poco después, el niño salio de casa y decidió ir a le sierra a investigar. Llegó a la sierra y decidió subir hasta el pico. Minutos después, el niño ya estaba llegando a la cima y se encontró con una cueva y también con un señor y dijo:
- ¿Que haces aquí, chiquitín?
Contestó el niño:
- Explorando por la sierra y por cierto, ¿me quieres acompañar a pasar la cueva de la sierra?
Le dijo el señor:
- Claro, con mucho gusto.
Dijo el niño:
- Vale, pues vámonos
Pasaron por la cueva y de repente llegaron a la iglesia. Después el niño salió corriendo hasta que llegó a casa y empezó a contarle a su madre:
Dijo su madre:
- ¿Qué pasa, hijo?
Le dijo su hijo:
-¡¡La cueva de la sierra llega hasta la iglesia!!
Contestó su madre sorprendida:
-¡No me digas!
Su madre no se lo creía asi que fue con él hasta la sierra y entró a la cueva y comprobó que era verdad. Desde ahí, empezó a creer más a su hijo.
FIN