Una vez una mujer llamada Marta iba buscando un trabajo. De repente, se encontró una fábrica de juguetes y decidió entrar. Cuando entró, se encontró con un trabajador. Le preguntó:
- Hola, señor ¿Me podría decir dónde está vuestro jefe?
Le contestó el señor:
-¿Para qué señora? Por cierto ¿Quién te dio permiso para entrar?
Contestó Marta:
-Un señor amable me dijo por qué puerta puedo entrar.
Luego dijo su jefe:
-¿Qué pasa aquí?
Contesta el señor:
-Esta señorita entró sin permiso a la fábrica.
Contestó el jefe:
-¿Eso es verdad? Pues ahora no vas a trabajar por lista.
Al día siguiente se levantó y empezó a buscar otro trabajo. Buscó y buscó hasta que encontró otro trabajo que era una fábrica de pan. Un poco después, entró y se encontró con el jefe y dijo Marta al jefe:
-¿Hola?¿podías contratarme?
Contestó el jefe:
-Sí claro, con mucho gusto.
Cuando entró Marta y el jefe dijo:
-Mira, tienes que hacer estos trabajos de limpieza.
Unos minutos después se fue. Sus trabajadores empezaron a maltratar a Marta. Días después vino el jefe a inspeccionar el trabajo y preguntó:
-¿Qué tal vais con el pan?
Contestaron todos menos Marta:
-Bien.
Luego Marta dijo:
-Mal, porque me están maltratando.
Después se fue el jefe y se escondió para saber qué está pasando. Unos minutos después empezaron a maltratar de nuevo que ahí es donde les vio el jefe y les dijo:
-Despedidos todos menos Juan, Pedro, Luis y David y por cierto, Marta, tú puedes quedarte a trabajar y perdón por todo lo que te han hecho los trabajadores.
Desde ese día Marta tenía un buen trabajo sin que la molestara nadie.
FIN
Muy bien, Ahmed.
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